El adiestrador de mandriles.

El adiestrador de mandriles.
Diseño de imagen: Manolo García.

miércoles, 5 de agosto de 2015

LA MEJOR ENSEÑANZA.





-La mejor enseñanza es la que nunca se olvida - se dijo -. No perdura la enseñanza que no se experimenta.

Durante mucho tiempo estuvo preparándose, apartado de todo lo que no formaba parte de su aprendizaje para encontrar en sí mismo la verdad que contienen todas las cosas, todos los seres; hasta admitir en su fuero interno que el suyo era como los otros, un destino pre-determinado que debía cumplirse.
Sabía que la experimentación filosófica no consiste en un juego de artificios, sino que es el reflejo de la voluntad del ser sobre la realidad. Para trasmitir lo revelado es necesario creer con fuerza en lo que se hace, y no se consigue sin compromiso, sin entrega; si no se vive con la pasión necesaria, aquella que deja huella imborrable en los demás.
Y necesitaba de los demás para que su filosofía se hiciese definitiva y real. Sin los demás, la suya carecía de sentido, pues era a otros a quien buscaba, eran otros los que la harían posible.

-No existen preguntas sin respuestas - afirmaba -. Las preguntas son destellos de verdades no descubiertas aún. 
Los hombres viven esclavos de las respuestas, angustiados por las preguntas que desafían sus mentes y cierran sus corazones, y yo tengo la llave que abre todas las certezas.

- No morirá en mí la verdad que contengo, y para ello será necesario que otros repitan mi destino - pensó-. Sólo he de cumplirlo. Mi vida y mi tiempo están sellados, pues he venido a traer la división de las conciencias dormidas a la sombra de lo establecido y caduco, y no sobreviviré a sus contradicciones.

Y buscó quien siguiera sus pasos para "crecer y reproducirse", como toda continuidad de vida requiere para perpetuarse.







   

No hay comentarios: