El adiestrador de mandriles.

El adiestrador de mandriles.
Diseño de imagen: Manolo García.

miércoles, 4 de junio de 2014

CARÁCTER.






- Sigo cometiendo errores que me separan de lo aprendido, de aquello que reconocí cierto y para lo que dediqué tanto esfuerzo pensando que su conocimiento me impediría caer de nuevo en el equívoco -. Dijeron las palabras. -¿Qué me falta para sentirme en plenitud con la sabiduría que añoré y por la que renuncié a tantas cosas? ¿De qué me sirve, si no se aplicarla en mi vida? - Preguntaron. 

Y el sentir se reveló:

 -La incontinencia de tu carácter se interpone entre el ser que pretendes y el mundo que lo rodea. Para revertir siempre a tu favor la realidad deberás decir sin hablar, pues a veces nuestras palabras son obstáculos que se levantan arrogantes ante quien van dirigidas sin apenas darnos cuenta, consiguiendo el resultado contrario al pretendido. El silencio reflexivo será la rienda de tu temperamento tempestuoso, que se adelantará siempre a éste para que en tus palabras no exista doblez.


Harás sin anunciar, sin adelantar acontecimientos que otros no puedan comprender, aunque sepas sucederán seguro. Deja que las cosas discurran por sí mismas, no precipites los cambios, espera el desenlace y siempre te resultará más fácil adaptarte a las situaciones nuevas.
No esperes comprensión de tus palabras si antes no han sido invitadas, es un error querer corregir lo que aún no se ha consumado; y antes de escuchar a otro, calla las voces de tu interior y pon a buen recaudo tu verdad, para que el carácter no te traicione otra vez. 





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