El adiestrador de mandriles.

El adiestrador de mandriles.
Diseño de imagen: Manolo García.

martes, 7 de febrero de 2012

TIEMPO DE RÉQUIEM.




Es tiempo de "réquiem" en mi vida; es tiempo de réquiem en mi corazón.
Tiempo de réquiem por quienes murieron primero, cuando la vida me entregaba cada día un nuevo regalo que ocultaba a mis ojos el dolor.
Tiempo de réquiem por quienes murieron después, pues empecé a zarandearme con las tempestades del vivir y sólo de ellas pude preocuparme.
Tiempo de réquiem por quienes comenzaron a irse pronto de mi vida, antes de que aprendiera a despedirme; porque sus pérdidas fueron los primeros desgarros de mi alma, que sólo la vehemente inconsciencia de mi juventud pudo sanar.


Tiempo de réquiem, porque sangran ya profundas heridas que nunca cicatrizarán; y mientras sangran hacen sitio a otras nuevas, debilitando el latido de mi corazón.
Réquiem por quien no ha fallecido aún, pues se llevará otro pedazo de mí cuando se vaya, si aún permanezco en esta vida para velar su muerte.
Réquiem por mí, pues muchos de los que he amado no estarán para acompañarme en la larga noche de los muertos.


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